Aunque la festividad del Corpus es un acto eminentemente religioso, su celebración trasciende al ámbito social, implica la participación de un amplio sector de la sociedad civil.

En la procesión del Corpus de Valencia participan todos los estamentos civiles, eclesiásticos y sociales. Autoridades civiles y militares, así como asociaciones y los diversos gremios y oficios.

La procesión del Corpus de Valencia está considerada la más antigua de España y cabe destacar que después de varios siglos y a pesar de haber pasado por momentos de cierta decadencia, la tradición ha conseguido prevalecer.

En los últimos años y gracias especialmente a la Asociación de Amigos del Corpus se ha podido rescatar la celebración de esta Fiesta Solemne que durante un día convierte el centro de Valencia en un escenario que se llena de música, de color, de alegría, en el que vuelve a la actualidad una tradición que comienza en el siglo XV.

La fiesta del Corpus en Valencia está reconocida como Bien de Interés Cultural.

La celebración del Corpus es un homenaje solemne a la Eucaristía, significa la adoración a la presencia de Jesús en esta. Ha sido durante mucho tiempo la Fiesta más importante de la cristiandad.

El origen está en el año 1263 cuando el Papa Urbano IV publica una bula en la que después de ensalzar el amor a Cristo expresado en la Eucaristía, ordenó celebrar con solemnidad la Fiesta del Corpus en todo el mundo cristiano.

El día asignado para la celebración fue la octava de Pentecostés, exactamente sesenta días después del Domingo de Pascua. 
La razón que llevo a Urbano IV a instituir la fiesta, fueron dos hechos milagrosos acaecidos uno en 1263 en Bolsena (Italia) y otro en Luchente (Valencia). El hecho milagroso consistió en que, en el momento de la Consagración, brotó sangre de la Hostia Sagrada. La celebración del Corpus sería ratificada por el Papa Clemente V en el Concilio de Viena en 1311.

La primera procesión del Corpus tuvo lugar en Aviñón en 1314, en ese momento esta ciudad francesa era la sede papal.
En Valencia la primera procesión se organizó en el año 1355, promovida por el obispo de Valencia Hugo de Fenollet, el mismo que bautizó a Vicente Ferrer. Tras la muerte de este obispo la Fiesta no tuvo continuidad. Sería recuperada posteriormente, el año 1372 y desde entonces se ha mantenido.

Actualmente y desde el año 1990, la celebración tiene lugar el domingo siguiente al día del Corpus que siempre es jueves. 
El Corpus comenzó siendo una sencilla procesión. Se fue enriqueciendo con música, bailes y danzas, así como con la participación de los gremios que asistían con sus banderas.

Los balcones se engalanaban con flores y tapices. Tanto boato en torno a la celebración hizo que se extendiera rápidamente la popularidad de esta Fiesta.

Tal era la fama que tenía el Corpus de Valencia que fueron muchos los Reyes que quisieron acercarse a la ciudad para presenciarlo. A menudo sus viajes no coincidían en el calendario con la celebración de la Fiesta. Por ello, se organizaban procesiones especialmente para agasajarles. Así se hizo en 1427 para Alfonso V el Magnánimo y en diciembre de 1481 para los Reyes Católicos.

A pesar de todo, la celebración de la procesión del Corpus de Valencia sufrió algunas interrupciones, condicionado por las circunstancias políticas. Así, por ejemplo, durante los años de la II República 1931-1935 se obligó a que la procesión se celebrara solamente en el interior de las iglesias suprimiéndose todos los festejos exteriores.

Después de la Guerra Civil vuelve a recuperarse, aunque fue un proceso muy lento. En un principio no tenía el esplendor que había alcanzado siglos atrás y que finalmente se recuperará cuando se funda la Asociación de Amigos del Corpus en el año 1977. Es entonces cuando la Fiesta del Corpus recobra toda la solemnidad. 
  
El mismo día de la procesión, por la mañana, tiene lugar la “crida” o llamada, que consiste en invitar a todo aquél que se encuentre en Valencia. Se celebra una cabalgata conocida como la Cabalgata del Convite. En ella participa un clérigo montado a caballo, el “capellá de les Roques” representando a la Iglesia. Esta cabalgata se celebró por primera vez el año 1516. Durante la misma, hay una exhibición de danzas, acompañadas con la música del “tabalet” y “dolzaina”. De todas ellas, la más popular es la “moma” vestida totalmente de blanco y con el rostro oculto tras un velo del mismo color, representa la virtud y va rodeada de otras siete figuras los “momos”, que simbolizan los pecados capitales. Van exhibiéndose mediante una serie de danzas, en la que se quiere mostrar el triunfo del bien sobre el mal, de la virtud sobre el pecado. Como curiosidad, a pesar de que la moma es una figura femenina, siempre está representada por un hombre.

En la Procesión están por un lado “Las Rocas”, carros triunfales de madera que representan episodios de los misterios Bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento. Estas piezas están custodiadas durante todo el año en el Museo del Corpus y dos días antes de la celebración de la procesión y utilizando caballos enjaezados especialmente para el acto, son trasladadas a la plaza de la Virgen donde quedan expuestas hasta el momento de la procesión. Son un total de once. 

Su origen se remonta al siglo XV. El año 1413, después del compromiso de Caspe, quedó elegido como rey de Valencia Fernando I de Antequera. Valencia quiso agasajarle en su primera visita a la ciudad. Se hicieron tres carros triunfales.

De las “Rocas” que se utilizan actualmente las más antiguas son cuatro que datan del siglo XVI. Hay dos del XVII, dos del XIX, dos del XX y una del siglo actual.

La más antigua es la “Diablera”, siglo XVI y la más reciente “El Santo Cáliz” que desfiló por primera vez el año 2001. Fue bendecida por el Papa Juan Pablo II.

Originalmente los carros eran más altos y hacia 1960 hubo que rebajarlos debido a los problemas con el tendido de la catenaria del tranvía.

La procesión se inicia con el desfile de las once “Rocas”, seguidas de los diversos grupos de danzas que han desfilado por la mañana. Entre ellos están los “momos” y la popular “moma”. A continuación desfilan personajes del Antiguo Testamento: San Miguel Arcángel portando un gran escudo donde a un lado lleva un alma en pena y al otro un alma en gracia. Noé con la paloma que volvió del Arca y un cayado, símbolo de su ancianidad.

Siguen diversos personajes del Antiguo Testamento, entre los que están Jacob y las doce tribus de Israel, van vestidos totalmente de blanco. Moisés y Aarón, el Arca de la Alianza, Josué, Sansón, David y los músicos ciegos de Israel, Salomón y la Reina de Saba, los Profetas Mayores. Esta primera parte de la procesión finaliza con el Ángel Custodio portando espada y el Escudo del Antiguo Reino de Valencia, así como la Real Senyera (bandera) de la ciudad.

Continua el desfile con los personajes del Nuevo Testamento: San Juan Bautista representado por un niño con un cordero, los Apóstoles, Evangelistas. Van seguidos por las agrupaciones de diversas parroquias, Cofradías, y posteriormente los “Cirialots”, que son 26 reyes vestidos con túnicas blancas, grandes barbas del mismo color y coronas doradas sobre la cabeza. Cada cirio pesa 15 kilos y tiene una longitud de más de 2,65 metros. Suelen ser de madera pintada de blanco. Simbolizan los ancianos a quienes se refiere San Juan Evangelista en el Apocalipsis.

Siguen en el desfile órdenes religiosas y militares, así como otros invitados ilustres.

Cierra la procesión la Custodia flanqueada por los “mancebos” que son seis jóvenes varones con vestiduras del siglo XVI en color rojo y blanco. Llevan espigas plateadas y racimo de uvas en alusión a la Eucaristía bajo las dos especies, el pan y el vino. A su lado desfila la Escolanía de los Niños de San Vicente. La música que transmiten sus extraordinarias voces, el incienso que envuelve la Custodia y la lluvia de pétalos de rosas que cae de los balcones a su paso, nos deja una atmósfera muy especial, que a nadie deja indiferente. A ello añadimos el repique constante de campanas en todas las Iglesias por donde pasa la procesión.

Detrás de la Custodia y cerrando el desfile, van las autoridades civiles, eclesiásticas y militares.

La Custodia del Corpus, en lo que se refiere a los trabajos de orfebrería del siglo XX, está considerada la obra más grande de toda Europa. Realizada con 600 kg de plata, 8 kg de oro y 75 gramos de platino. Toda la pieza tiene 4 metros de altura, la custodia propiamente dicha, 1,30 metros. Fue bautizada como “la custodia de los pobres”. Inicialmente se comenzó con una recaudación popular en la que cada uno iba aportando lo que podía. Se cuenta la anécdota de que el primer donativo fue una moneda de cinco duros de plata que fue donada por un empleado del Colegio de San José. Esta pieza quedaría incrustada en la Custodia.

Fue diseñada en 1940 por el orfebre valenciano Francisco Pajarón. El encargo se realizó como un acto de desagravio del pueblo valenciano por los sacrilegios cometidos durante la guerra civil. La pieza incluye numerosas piedras preciosas y joyas donadas por mujeres valencianas.

Se tardaron varios años en terminarla y mientras tanto, diversas iglesias de Valencia se iban alternando para ceder sus Ostensorios para la procesión del Corpus.

La primera parte de la pieza, lo que es la Custodia, quedó terminada en 1945 y fue ese el año en que se sacó en procesión por primera vez.

La Custodia está formada por 159 imágenes, 44 relieves con escenas bíblicas y 48 escudos nobles de familias de Valencia realizados en esmalte se alternan con 71 campanillas.

En 1946 se iniciaron los trabajos del templete. Para la realización de las esculturas se contó con la colaboración de grandes artistas como Vicente Navarro, Ignacio Pinazo, Carmelo Vicent, Francisco Marto, Enrique Giner, José Esteve. Esta parte de la obra quedó finalizada en 1952 y posteriormente se realizaron las andas y los candelabros.

La Custodia tiene forma de templete. En su base se representan cuatro escenas de la vida de Jesús: Nacimiento, Descendimiento, Ultima Cena y Jesucristo entre los Santos.

La familia del orfebre que realizó esta valiosa joya continúa con la tradición y actualmente la cuarta generación de joyeros tiene un establecimiento propio en la calle de la Paz numero 16, la Joyería Pajarón.

Anterior a esta custodia hubo otras dos que se perdieron respectivamente durante la Guerra de la Independencia en 1808 y la Guerra Civil. La primera de ellas fue utilizada para hacer monedas con las que financiar los gastos de la guerra contra Napoleón. 
La segunda desapareció en uno de los saqueos que sufrió la Catedral al comienzo de la Guerra Civil. 

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